San Juan Bosco nació en Castelnuovo d’Asti, Turín, el 16 de agosto de 1815 en una familia de campesinos. Su padre murió cuando Juan tenía dos años, y su madre, Margarita Occhiena, se quedó sola criando a los tres hermanos.
A los nueve años tuvo un sueño, que marcaría su vida para siempre y que le reveló su misión: la educación de la juventud.
En junio de 1841 fue ordenado sacerdote y, viendo las necesidades de los chicos sin hogar, organizó un oratorio festivo en uno de los barrios más pobres de Turín, Valdocco, donde los niños y jóvenes se reunían para jugar, aprender un oficio y dar catequesis.
De los primeros chicos surgieron los primeros colaboradores. Se desarrolló así el Sistema Preventivo, un estilo educativo y acción pastoral basados en la razón, la religión y el amor. Más tarde Don Bosco fundó la congregación de los Salesianos, dedicada a la educación luchando contra todas las formas de pobreza y tomando como propio el lema: “Da mihi animas caetera tolle”.
A los 72 años, el 31 de enero de 1888, Don Bosco murió. Fue canonizado el 1 de abril de 1934.
En el centenario de su muerte, el Papa Juan Pablo II lo declaró “Padre y Maestro de la Juventud”.
Su cuerpo descansa en la Basílica de Mª Auxiliadora en Turín.
Su fiesta se celebra el día 31 de enero.